¿Por qué se produce la rodilla del corredor?

La rodilla del corredor, conocido también en el ámbito médico como síndrome de la cintilla iliotibial, es una lesión muy común entre corredores y ciclistas. Es un dolor muy frecuente asociado a deportistas.

Se caracteriza principalmente porque el tendón, que se extiende desde la parte externa del muslo hasta la rodilla (también conocido como cintilla), es el músculo que va desde la pala iliaca hasta la zona anterior y externa de la propia tibia. El constante roce de este hueso con el cóndilo (o prominencia externa del fémur) generará molestias e inflamación en las personas que lo sufren. Sus principales causas son:

  • Correr en superficies con pendiente o excesivamente duras.
  • Aumentar los entrenamientos de manera drástica, sin acostumbrar al cuerpo a un ejercicio paulatino y constante.
  • No calentar antes de realizar los ejercicios.
  • El uso de zapatillas nuevas para correr puede dañar la rodilla.
  • Modificar la técnica a la hora de correr.
  • Zancadas demasiado largas que dan lugar a molestias en las articulaciones.

Cabría hacerse la pregunta “¿cómo identificar los síntomas?”. Debemos tener en cuenta las siguientes señales por las que podríamos pensar que se sufre de rodilla del corredor:

  • Dolor al correr que se va acrecentando e impide finalizar la carrera.
  • Alivio al descansar, pero al volver al ejercicio vuelven los dolores.
  • Emisión de un chasquido similar a la subluxación de la tibia.

Tratamiento y consejos para prevenir el síndrome del corredor

El síndrome de la cintilla iliotibial debe de ser tratado una vez se perciban los primeros signos y síntomas. En primer lugar, se deberá reducir la inflamación de manera inmediata para evitar daños irreversibles para el individuo que la sufre. Ten en cuenta los siguientes consejos:

  • Evita poner peso sobre la rodilla el máximo tiempo posible.
  • Recurre a la bolsa de hielo o una compresa fría para que la inflamación se reduzca.
  • Ponte cómodo y eleva la rodilla a una altura razonable.
  • Evita la actividad física en todo momento.
  • Visita a un médico especializado o a una clínica de fisioterapia.

A su vez, existen nuevos tratamientos con los que el deportista podrá volver a su actividad en cuestión de semanas sin apenas problemas reseñables. Recuerda que debe de haber un diagnóstico previo por parte de un especialista para que pueda ser llevada a cabo con normalidad:

  • Masaje.
  • Terapia manual.
  • Medicación antiinflamatoria.
  • Ondas de choque.
  • Estiramientos.
  • Aplicar analgésico local en la zona dañada.
  • Ejercicio terapéutico.
  • Infiltraciones con corticoides.

Es importante que este tipo de dolencias sean diagnosticadas con la mayor brevedad posible. Si crees que tienes los síntomas o necesitas información al respecto, no dudes en contactar con nuestro equipo.

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