Dolor de espalda
El dolor agudo forma parte del sistema de protección del organismo. Actúa como una señal de advertencia de un daño inminente o real y no suele durar mas de 3 meses. En este sentido, el dolor tiene una función importante en el mantenimiento o restauración de la integridad física. Está causado por una agresión o daño externo o interno y su intensidad se correlaciona con la intensidad del estímulo desencadenante. Sin embargo, el dolor puede no presentar relación directa con la situación desencadenante y llega a convertirse en una enfermedad en sí misma, constituyendo un desafío terapéutico especial.
El dolor que persiste más de 6 meses representa un reto terapéutico especial y se considera como crónico. Con una prevalencia de hasta un 20% en la población europea según la OMS (Organización Mundial de la Salud).
Hay factores que aumentan el riesgo de padecer dolor de espalda:
- Aumento de la edad
- Aumento de peso
- Falta de ejercicio
- Factores hereditarios en el caso de la espondilitis anquilosante.
- Algunos tipos de cáncer y artritis pueden causar dolor de espalda.
- Malos vicios posturales en el trabajo, el ocio y el hogar.
- El tabaco afecta a los discos de la columna evitando que lleguen los nutrientes a ellos. Además, la tos de los fumadores puede provocar dolor de espalda.